Política de ayer y de hoy
- Conclusiones críticas de ‘Las anécdotas del Parlamento’
- Política y Periodismo. La relación entre la Política y el Periodismo siempre ha sido muy estrecha, algo que demuestra Carandell en su libro, ya que son dos disciplinas que se necesitan la una a la otra. En ‘Las anécdotas del Parlamento’ destaca el hecho de que los diarios de antes, especialmente los satíricos, pusieran con mucha frecuencia motes a los parlamentarios (por ejemplo, Juan Álvarez Mendizábal era llamado “el ilustre campanólogo”, “Juan y Medio” y “ministro universal”) , algo que en la prensa de hoy en día es impensable. Carandell también pone de manifiesto la importancia de la prensa cuando narra una anécdota en la que, durante las guerras africanas, un diputado integrista dijo “¡Y por qué no se aparecerá Santiago montado en su caballo blanco y acabará con los moros!”, a lo que un cronista de la época respondió “¡Porque hay periódicos!”.
- Encantadores de serpientes. La oratoria es un arte fundamental en el oficio de la política. Por ello, ya desde los primeros años del parlamentarismo español, los diputados tienen presente la importancia de las palabras para persuadir a los ciudadanos. Un ejemplo de ello y que Carandell destaca en su libro es el caso de Antonio Alcalá Galiano, al que llamaban “el ruiseñor de las Cortes”. Ese factor adquiere más importancia, si cabe, en la política actual, regida por una sociedad de la imagen y donde un gesto o un recurso literario mal utilizado puede costarle muy caro al político de turno.
- Crispación y enfrentamiento. Las tensiones y agresiones verbales en el hemiciclo es algo que no ha cambiado con el paso de los años. Hoy en día es fácil ver como los políticos se enzarzan en enfrentamientos y discusiones en los debates parlamentarios, un hecho que antes también sucedía y en el que en una ocasión, como describe Carandell en un episodio, dos diputados, Antonio de los Ríos y González Brabo, llegaron a batirse en duelo.
- Discursos eternos. Una cosa que sí que ha cambiado entre los políticos de antaño y los actuales es la duración de los discursos. Hoy, sus señorías tienen un tiempo limitado para exponer sus argumentos, sin embargo, en las antiguas Cortes no había ninguna restricción, por lo que en alguna ocasión se podían llegar a efectuar intervenciones que ocuparan toda una sesión. En 1854 hubo un intento de limitar el tiempo de los discursos a media hora para las cuestiones principales y a cinco minutos para las réplicas y contrarréplicas, pero no prosperó.
- El Diario de Sesiones, fundamental. La labor de los taquígrafos, que en algunas ocasiones está olvidada, es muy importante para conservar y tener un soporte documental, más allá de la prensa, que no lo recoge en su totalidad, de lo que sucede en lo debates parlamentarios. Gracias a los Diarios de Sesiones hoy podemos conocer todo lo que ha sucedido en el hemiciclo desde que se instaurara en 1810.
- Proceso de documentación. La obra Luis Carandell demuestra un largo proceso de documentación por parte del autor, que ha tenido que recurrir a los Diarios de Sesiones desde 1810 para recopilar las mejores anécdotas acaecidas en las Cortes. Una labor nada sencilla si tenemos en cuenta que, además, el periodista realiza una breve contextualización de cada uno de los episodios que incluye el libro para facilitar la comprensión del lector.
- La religión, siempre presente en el hemiciclo. Antaño la religión constituía un papel muy importante en la sociedad, por lo que el clero era un elemento fundamental de la política. De este modo, era común que se debatiera en la Cámara cuestiones religiosas como la elección del patrón de España, por ejemplo. Hoy en día, la religión ya no está tan presente, aunque sigue siendo un fuerte elemento social y, en muchas ocasiones, se debaten cuestiones relacionadas con este asunto, como cuando se tuvo que decidir si la asignatura de religión debería de ser obligatoria o no en los colegios.
- El político de ayer, el político de hoy. Leyendo ‘Las anécdotas del Parlamento’ nos damos cuenta de que la figura del político no ha cambiado tanto a lo largo de los años. La oratoria sigue constituyendo una parte muy importante de su labor ante la opinión pública y se siguen “echando los trastos a la cabeza” ante la más mínima ocasión. Han evolucionado con la lógica del tiempo, pero continúan manteniendo la misma esencia.
- La crónica parlamentaria como un género diferente. La crónica parlamentaria es un genero periodístico muy particular, que incluso llega a rozar una vertiente literaria. A través de ella el periodista no sólo informa de los asuntos que se tratan en la sesión o del contenido de los discursos, sino que aporta un valor añadido describiendo detalles, gestos o ambientes que permiten componer un texto mucho más profundo.
- La anécdota, otra forma de contar la historia. A través de anécdotas y curiosidades sucedidas en las Cortes durante casi dos siglos, Luis Carandell consigue acercar al público la política, a la que muchas veces siente rechazo, y mostrar la cara más amable de quienes forman y han formado parte de ella. Es una forma diferente de narrar la historia del parlamentarismo español sin caer en el tedio y el aburrimiento.
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